Es paciente,
servicial,
no es envidioso,
no hace alarde,
no se envanece,
no procede con bajeza,
no busca su propio interés,
no se irrita,
no tienen en cuenta el mal reibido,
no se alegra de la injusticia,
se regocija con la verdad.
Todo lo disculpa,
todo lo cree,
todo lo espera,
todo lo soporta.
El amor no pasará jamás.
CARTA DE SAN PABLO A LOS CORINTIOS 13, 1-13
Profr. Rafael Alonso Carlos
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